Fantasmagórico remake

Quiero comenzar esta crítica al reboot a Cazafantasmas (2016) dejando claro que mi valoración de la película, sea buena o mala, no tiene nada que ver con el hecho de que haya cuatro mujeres protagonistas. Esta, como cualquier otra, es una obra cinematográfica y será criticada conforme a los pilares que la construyen: guión, dirección, actuaciones, fotografía, edición y música. Creo que la mejor manera de ganar igualdad en Hollywood es dejando de lado este tipo de tabúes y apreciarla en su justa medida. Sony, la productora y dueña de los derechos, decidió que tras casi 30 años de reclusión era hora de hacer regresar esta fantástica saga de películas nacida en los 80. El problema de estos reboots llega cuando la razón principal de su existencia reside, simple y llanamente, en un intento desesperado por sacar dinero. Claro que la idea es tan divertida y original -tres científicos que, convencidos de la existencia de entes paranormales, deciden formar un equipo de exterminio de fantasmas en NY-, que Sony no pudo resistirse a la idea de retornarla. El resultado es un producto sin gracia ni frescura, que obvia la mitología creada en las dos cintas originales y la sustituye con una historia simplona y efectos especiales a granel.


Empezaré comentando que el humor del realizador Paul Feig (Espías, Cuerpos Especiales) desentona profundamente con el espíritu de esta saga. No me mal interpreten, sus trabajos anteriores son entretenidos pero parece que, tanto el título como la responsabilidad que éste conllevaba, le ha venido demasiado grande. Normalmente no empleo comparativos pero es que lleva el mismo título y usa la misma fórmula de la original de 1984. En aquella, por ejemplo, la comedia era complementaria a la acción argumental. Personajes como Venkman, Stantz y Spengler tenían una historia sobre la que moverse y, aunque los actores que los interpretaban eran cómicos de primer nivel, los diálogos no tenían que lanzar un chiste malo en cada escena. Esa era parte de la magia de la cinta original y lo que hizo que aquel grupo de científicos “sui generis” quedaran grabados en el imaginario de tantos jóvenes. Aquí no hay ningún personaje interesante, nadie sobresale porque las actrices -que son algunas de las mejores cómicas de su generación- no tienen nada con lo que deslumbrar. Los chistes son tan soeces y tan directos que parecen sketches propios de Saturday Night Live e hicieron que me sacaran por completo de la historia. Claro que tampoco hay mucho argumento; la narración es más una consecución de escenas inconexas que una estructura lógica con comienzo, nudo y desenlace. 

Pero vamos a hablar del villano porque toda gran historia de aventuras debe tener un antagonista a la altura. En la cinta original, el villano era un Dios sumerio y sus dos perros guardianes del Infierno con nombres impronunciables. Aquí, en cambio, tenemos a Rowan -ni siquiera su nombre intimida- y su maquiavélico plan se desencadena porque no le gusta el mundo en el que vive ¡Bienvenido a La Tierra, amigo! Y lo peor de todo es que el tercio final sufre del mismo problema que todos los blockbusters recientes: el síndrome Los Vengadores. Los síntomas de esta terrible enfermedad cinematográfica se manifiestan con ingentes cantidades de masillas, efectos especiales a mansalva y una edición pasada de revoluciones que imita, malamente, la técnica de la saga de Bourne. 

Ahora querría dedicarle este párrafo a la banda sonora de la película. Este es un apartado que no puedo saltar por alto, dada la relevancia que tuvo en el filme original. Singles como “Saving the day” o el temazo principal de Ray Parker Jr. En esta ocasión y celebrando el ansiado regreso de la franquicia, Sony ha tenido el detalle de deleitarnos -nótese la ironía- con una horrorosa versión electrónica del tema original que hará que muchos viejos aficionados queden traumatizados de por vida. Entiendo que quieren centrarse en un público joven pero canciones divertidas y pegadizas, por muy antiguas que sean, continúan siéndolo maldita sea. Sino que se lo digan a Paul McCartney y su “Live and Let die” usado en una entrega del agente 007 y que, a día de hoy, sigue siendo considerada como una de las mejores canciones de la saga o a James Gunn, que se ganó muchos elogios por la banda sonora de su película Guardianes de la galaxia. Para una película aparentemente amena e informal, la banda sonora es aburrida y molesta.


Las actuaciones y la química entre el equipo protagonista sí que funcionó en mi opinión. La razón de este milagro fue que, casi como la orquesta del Titanic, estas chicas guardaban tanto respeto a este título que incluso hundiéndose trataban de hacerlo lo mejor posible. En ningún momento sentí desidia o desgana, más bien lo contrario. Especialmente Kristen Wiig y Leslie Jones. Ellas fueron la causa de que aguantara hasta el final. La nota negativa la lleva Melissa McCarthy, que parece utilizar su cuerpo como herramienta para soltar chistes continuamente, algo que me resulta molesto. Alguien debería decirle que su humor está desgastado y que debería cambiar de registro de una vez por todas. No obstante, echo un personaje secundario parecido al de Rick Moranis en la original y quizá ese era el cometido de Chris Hemsworth. Si ese fue el caso, falló estrepitosamente porque su personaje, lejos de caer simpático, irritaba más conforme transcurría el metraje. 

En conclusión, Cazafantasmas (2016) no justifica su existencia. Cierto es que desde que el proyecto se anunciara, ya remaban a contracorriente pero eso no es excusa para entregar tan caótico producto. Es una pena que haya resultado así, porque entiendo que la idea de otorgar a las jóvenes generaciones un modelo de feminidad fuerte e independiente es algo positivo, sólo que en la cinta no encontramos nada de eso. Creo que habría resultado más barato y económicamente provechoso para Sony remasterizar la original de 1984 y estrenarla en cines. Desgraciadamente este es otro ejemplo, de grandes películas con una gran base de seguidores a la que los ejecutivos traicionan y engañan con el fin de cargarnos el muerto -tal y como hizo Robocop en 2014- . Este falso entretenimiento para jóvenes ruidosos ni cultiva la imaginación ni invita a ver la original. Alien, Thelma & Louise, North Country o Jackie Brown, son sólo algunas de una larga lista de grandes obras donde la mujer reivindica con fuerza su igualdad de derechos. 


4/10: ¡ALEJEN DE MI ESTOS FANTASMAS!


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